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EDUCACIÓN

¿Qué mundo educativo estamos construyendo?

Compartimos un artículo de opinión sobre educación para niños, de la Profesora Daniela Leiva Seisdedos.

Desde el siglo XVIII, para no remontarnos más atrás, las mejoras en la educación se han ido sucediendo sin solución de continuidad. La Ley de Educación Nacional, sancionada en 2006, establece, entre otros puntos, que “la educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estadomás del 50% de los alumnos que inician su educación obligatoria no la terminan y, dentro del marco de aquellos que sí logran finalizarla, los resultados indican que la mayoría no aprende lo que debiera.

La educación no puede ser vista como un simple producto o servicio a ser calificado por medio de una serie de estándares ampliamente aceptados dentro de un mercado. Muchas veces el uso de la expresión "calidad en la educación" es realizado en un contexto donde las palabras carecen de contenido y sentido preciso.

El más del 50 % de los niños de 10 años se encuentran en situación de pobreza de aprendizajes y no pueden leer y comprender un texto simple. La educación sobre los derechos desde la etapa pre-escolar y hasta la formación adulta tiene que estar dirigida a mostrar pautas de conductas y sistemas de valores coherentes con la idea de un bien común. No sólo las escuelas, sino también los dirigentes políticos y las organizaciones de muy diversas clases tienen que encargarse de enseñar porque en realidad es una tarea de todos.

La condición en la que esta generación ingrese en la edad adulta determinará el rumbo social y económico de la mayoría de los países. Es un desafío dirigido a todas las organizaciones internacionales, los gobiernos y la sociedad civil para que se genere conciencia y se promueva las inversiones y acciones que transforme la realidad cotidiana de todos estos jóvenes. Por eso necesitan que ejerzamos activamente nuestro rol de adultos para hacer realidad el único sueño que todos compartimos.

La noción de los Derechos del Niño se corresponde con la afirmación de la dignidad del ser frente al poder público, este poder a su vez está condicionado en su ejercicio por las garantías y el respeto debido a los derechos humanos. Por desgracia, durante la mayor parte de la historia se admitió que el ejercicio de estos derechos era de poder absoluto o al menos con límites muy escasos del gobierno frente a los gobernados, esto emprendió un cambio con los movimientos revolucionarios del siglo XVIII cuando comenzó a dogmatizarse el derecho inherente a la persona frente al estado.

Que significa en sí ocuparse del futuro, esta tarea no debe ser una remembranza de los ideales juveniles, tiene que transformarse en una realidad palpable, en un bien común y si no es hoy en día un bien común, entonces tenemos aunar esfuerzos para lograrlo y no quedarnos en la falsa retórica de los escritos o palabra tiradas al viento que no nos conducen a nada, la “unión hace la fuerza” y esto de la protección de nuestro futuro debe ser una tarea conjunta empezada desde abajo desde la tarea nuestra como formadores de pensamiento. La escuela constituye uno de los ámbitos esenciales para promover los principios que emanan de la Convención del Niño.

Todos tuvimos una infancia, hoy estoy aquí recordando las caricias de mis padres, evocando sus retos y sus temores por eso, aunque en este trabajo escribí sobre leyes, convenciones que a simple vista parecen abstractas, pero en sí de lo que estoy escribiendo es también de mi propio pasado. Pero aún queda mucho camino por recorrer, recordar esas escenas puntuales puede servir de antídoto y no convertir a los derechos del niño en un simple trámite burocrático, porque si no nos estaríamos olvidando de nuestro propio pasado esto implica estar dispuesto a situarnos en la realidad de nuestros niños, conocer mejor sus intereses, necesidades, preocupaciones, su modo de ver las cosas, etc. Si no lo hiciéramos correríamos el riesgo de cometer algunos errores. Por ejemplo, los siguientes: “Los niños son como los adultos, pero en miniatura...”, “Es cuestión de hablarle en chiquito para que entiendan...”, “Seguramente les van a interesar las mismas cosas que a mí...”.

Las leyes influyen en nuestras vidas y más cuando las leyes no se cumplen como sucede muchas veces en Argentina, pero a veces algunos padres están tan desprotegidos como sus hijos es por tal motivo que la sociedad en su conjunto debe proteger los derechos en pleno como sucede en nuestra Constitución nacional en su artículo 75 inc. 22 ahora resta saber que todos los gobiernos lo cumplan.

La educación básica es fundamental para los trabajos del futuro. Hagamos todo lo posible para darles a los niños y jóvenes de hoy la oportunidad de llevar una vida plena como se merecen.

Por Daniela Leiva Seisdedos

Daniela Leiva Seisdedos es Profesora de Historia, autora de numerosas publicaciones y libros sobre educación. Es titular y Directora de la revista sobre educación y portal educativo El Arcón de Clío https://elarcondeclio.com.ar/

 

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